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Muchas personas buscan siempre nuevas formas de superar el exceso de peso. Una opción que se ha hecho cada vez más popular en los últimos años es el balón gástrico, o balón intragástrico. Se trata de un procedimiento no quirúrgico en el que se introduce un globo en el estómago y se infla, ocupando espacio y ayudando a los pacientes a sentirse llenos más rápidamente.
Este dispositivo ofrece una solución adaptada a las necesidades de los gastroenterólogos experimentados, deseosos de ofrecer una solución a los pacientes con obesidad cuyo estado no justifica la cirugía. Las innovaciones técnicas de este nuevo implante están diseñadas para mejorar la calidad de vida de los pacientes al tiempo que reducen los riesgos asociados a la operación.
El procedimiento consiste en introducir un globo en el estómago. El volumen ocupado favorece la sensación de saciedad y la pérdida de peso. Una vez inflado, el balón actúa como un bezoar artificial y se mueve libremente por el estómago. El sistema de balón intragástrico es un dispositivo temporal que no puede utilizarse durante más de 6 meses, señala la Dra. Ana García Navarro. Está diseñado para ayudar a perder el exceso de peso cuando un programa de adelgazamiento supervisado no ha dado los resultados deseados.
Descripción técnica
Este dispositivo NO ESTÉRIL y de un solo uso consta de:
Un balón intragástrico con dos bolsas de aire de polímero cubiertas por una envoltura de silicona.
Un kit de introducción preconectado al balón intragástrico, para llenarlo de aire.
Implantación
El balón intragástrico se introduce por vía oral, bajo control endoscópico y anestesia general. El balón se llena de aire a través del kit de introducción.
Indicaciones
El balón intragástrico es un dispositivo temporal que se utiliza durante menos de 6 meses. Está destinado a permitir la pérdida de peso cuando un programa de adelgazamiento supervisado no ha sido suficiente. Puede aplicarse a pacientes de entre 18 y 55 años, fuera de los periodos de embarazo o lactancia, para las siguientes indicaciones:
Pacientes con obesidad (IMC entre 30 y 40) que plantea riesgos médicos graves…
Pacientes con diabetes de tipo 2 difícil de controlar debido al exceso de peso.
Pacientes con indicación de cirugía de la obesidad (IMC superior a 40 o IMC superior a 35 con factores de comorbilidad graves) pero con un riesgo quirúrgico elevado o que rechazan la cirugía.
Uso preoperatorio en casos de obesidad grave, con el objetivo de reducir el riesgo quirúrgico mediante una reducción parcial del peso.
En todos los casos, la colocación de un balón intragástrico debe ir acompañada de instrucciones dietéticas y seguimiento médico.
Contraindicaciones
El uso de un balón intragástrico está contraindicado para la pérdida de peso únicamente con fines estéticos o para pacientes con un IMC inferior a 30, a menos que sea probable que los riesgos fisiológicos graves remitan con la pérdida de peso.
Además, una serie de condiciones fisiológicas o patológicas contraindican el uso de un balón intragástrico:
- Todas las enfermedades inflamatorias, estenosantes o potencialmente hemorrágicas del tubo digestivo son contraindicaciones para la colocación de un balón intragástrico, en particular las úlceras pépticas, la enfermedad de Crohn, las varices esofágicas o gástricas y los antecedentes de obstrucción intestinal. Las hernias de hiato grandes o complicadas y las malformaciones esofágicas (estenosis o divertículos) también son contraindicaciones.
- Cirugía previa del tubo digestivo, en particular gástrica o esofágica, y cirugía del reflujo gastroesofágico.
- Trastornos psiquiátricos, dependencia de las drogas o el alcohol y rechazo de la supervisión médica y las instrucciones dietéticas.
- Embarazo y lactancia.
- Anomalías de la coagulación o toma de medicación que modifique la coagulación.
- Tratamiento crónico con aspirina, antiinflamatorios no esteroideos o corticosteroides.
Restricciones de actividad
Está formalmente prohibido que el paciente practique submarinismo porque el balón intragástrico se infla con aire.
Complicaciones
Además de las complicaciones específicas de la endoscopia digestiva alta (perforación o hemorragia digestiva, broncoaspiración por reflujo gástrico, trastornos del ritmo cardiaco) o de la anestesia, es posible que se produzcan un cierto número de complicaciones específicas de la colocación del balón.
Complicaciones relacionadas con la inserción o extracción del balón
Lesión faringoesofágica al introducir el balón, inflado de un balón mal colocado en el esófago o el duodeno con riesgo de perforación, mayor riesgo de inhalación bronquial durante la extracción debido a la frecuente estasis gástrica favorecida por el balón.
Complicaciones mecánicas debidas al balón
Se han descrito ulceraciones de la pared gástrica que pueden conducir a la perforación, lo que requiere una intervención quirúrgica urgente con riesgo de muerte. Es posible que se produzcan obstrucciones del tubo digestivo en caso de migración, lo que se observa en el caso de un balón poco lleno o parcialmente desinflado; puede haber obstrucción gástrica en caso de impactación del balón en el antro gástrico, u obstrucción intestinal que a veces requiere intervención quirúrgica. El riesgo de estas complicaciones aumenta considerablemente si no se respeta la duración máxima de seis meses para mantener el balón intragástrico.
Complicaciones funcionales (efectos secundarios)
La colocación de un balón intragástrico se acompaña a veces en los primeros días de pesadez gástrica, náuseas y vómitos, que suelen remitir en un plazo de 8 a 15 días. También pueden aparecer síntomas de reflujo gastroesofágico. Estos problemas pueden corregirse con la medicación adecuada (antisecretores, contra las náuseas). A veces los vómitos persisten, lo que hace necesaria la retirada prematura del balón.
Complicaciones metabólicas
Son consecuencia de vómitos incontrolados o descuidados, que pueden provocar deshidratación, alcalosis metabólica, hipopotasemia e insuficiencia renal funcional. La hipopotasemia puede ser responsable de graves trastornos del ritmo cardiaco, con consecuencias potencialmente mortales.
Fallos
La ausencia o el rechazo de un tratamiento dietético concomitante a la inserción de un balón intragástrico compromete los resultados en términos de pérdida de peso. Del mismo modo, el riesgo de recuperación de peso tras la retirada del balón intragástrico es mayor cuanto más prolongada y grave es la obesidad.