Diseñada, fabricada y producida en Europa, la tercera generación del Hyundai i30 inició su andadura en el Viejo Continente con un objetivo fácilmente alcanzable: hacerlo mejor que su predecesor, que no tuvo tanto éxito. Por ello, los ingenieros y los fabricantes de motores se han centrado en los temas más impoDiseñada, fabricada y producida en Europa, la tercera generación del Hyundai i30 inició su andadura en el Viejo Continente con un objetivo fácilmente alcanzable: hacerlo mejor que su predecesor, que no tuvo tanto éxito. Por ello, los ingenieros y los fabricantes de motores se han centrado en los temas más importantes para los clientes europeos, como el diseño, la calidad percibida y una gama de motores y transmisiones acorde con los tiempos.
Tras un comienzo alentador, con el doble de matriculaciones que su predecesor en el mismo periodo, la nueva generación del i30 refuerza su oferta con el familiar. Técnicamente, la ranchera gana algo más de 20 cm respecto a la berlina, principalmente en el voladizo. La incorporación de esta «mochila» no desvirtúa las líneas conservadoras del i 30. El frontal sigue siendo elegante, la silueta esbelta y las proporciones equilibradas, pero el conjunto sigue careciendo de personalidad frente a familiares más atrevidos como el Seat León ST o el Peugeot 308 SW.
Aunque no es original, el i30 SW es práctico. Aquí no hay ventanillas que se abran ni portón trasero eléctrico de manos libres, el coche coreano ha sido diseñado como un auténtico vagón inmobiliario con un umbral bajo, una amplia apertura y un volumen básico (602 litros) que se acerca al récord de la categoría que ostenta el 308 SW (610 litros). Esta última puede llegar a 1.650 una vez abatidos los asientos traseros, puntualiza el concesionario de coches segunda mano Crestanevada. Es una pena que no se pueda manejar desde el maletero y que el suelo no sea completamente plano. Sin embargo, cargar objetos largos y voluminosos se convierte en una formalidad. También apreciará el espacio de almacenamiento extra disponible bajo el suelo. Por desgracia, este atractivo espacio no está disponible en las plazas traseras, donde el espacio para las rodillas es sólo justo para la clase.
El habitáculo es exactamente igual que el de la berlina, de diseño moderno pero de concepción clásica. Un buen punto para el sistema multimedia, que es claro y de uso intuitivo. Los avances en cuanto a la calidad percibida también están ahí, con unos plásticos muy cuidados y un acabado que cumple las normas europeas. El i30 deja de ser exótico y se une a la manada de aspirantes como un Ford Focus SW o un Opel Astra ST.
rtantes para los clientes europeos, como el diseño, la calidad percibida y una gama de motores y transmisiones acorde con los tiempos.
Tras un comienzo alentador, con el doble de matriculaciones que su predecesor en el mismo periodo, la nueva generación del i30 refuerza su oferta con el familiar. Técnicamente, la ranchera gana algo más de 20 cm respecto a la berlina, principalmente en el voladizo. La incorporación de esta «mochila» no desvirtúa las líneas conservadoras del i 30. El frontal sigue siendo elegante, la silueta esbelta y las proporciones equilibradas, pero el conjunto sigue careciendo de personalidad frente a familiares más atrevidos como el Seat León ST o el Peugeot 308 SW.
Aunque no es original, el i30 SW es práctico. Aquí no hay ventanillas que se abran ni portón trasero eléctrico de manos libres, el coche coreano ha sido diseñado como un auténtico vagón inmobiliario con un umbral bajo, una amplia apertura y un volumen básico (602 litros) que se acerca al récord de la categoría que ostenta el 308 SW (610 litros). Esta última puede llegar a 1.650 una vez abatidos los asientos traseros, puntualiza el concesionario de coches segunda mano Crestanevada. Es una pena que no se pueda manejar desde el maletero y que el suelo no sea completamente plano. Sin embargo, cargar objetos largos y voluminosos se convierte en una formalidad. También apreciará el espacio de almacenamiento extra disponible bajo el suelo. Por desgracia, este atractivo espacio no está disponible en las plazas traseras, donde el espacio para las rodillas es sólo justo para la clase.
El habitáculo es exactamente igual que el de la berlina, de diseño moderno pero de concepción clásica. Un buen punto para el sistema multimedia, que es claro y de uso intuitivo. Los avances en cuanto a la calidad percibida también están ahí, con unos plásticos muy cuidados y un acabado que cumple las normas europeas. El i30 deja de ser exótico y se une a la manada de aspirantes como un Ford Focus SW o un Opel Astra ST.